Entre sombras vivo,
entre sombras me sumerjo
entre sombras ando y vengo
por tu lienzo negro.
Luz que me traes la sombra
de tu miedo, voz de trueno.
Deja apaciguar la acequia
que te da vida
y no la conviertas en río de lamentos.
Un rayo de luz cambia mis carrillos
pero tú diáfana figura
no te inmutas y te pierdes
bajo el árbol como
tímido remolino de febrero.
El arrullo del mar inmenso,
el viento celoso de tu silueta,
la música que te acompaña a diario
el cielo, la tierra, el universo entero
queriéndote hacer caricia,
sombra que sin ti muero.
Me alebresto entonces,
pero nada cambia en tu mirada,
siempre fiel a mi regresas, me acompañas
sin reproches y sin miradas vagas.
Sága